Las relaciones familiares  pueden ser muy complicadas. Todos somos únicos, tenemos diferentes perspectivas y experimentamos los eventos de la vida un poco diferente. Cuando agregas dinámicas familiares a esta mezcla, quizás no sea sorprendente que las relaciones se vuelvan difíciles algunas veces. Sobre todo en familias reconstituídas y desestructuradas el conflicto esta a la orden del día.

La terapia familiar (también conocida como terapia sistémica) busca ayudar a los miembros de una familia a comprenderse mejor, cambiar comportamientos negativos y resolver conflictos. Es apropiado para todas las edades e incluso puede ser útil para individuos. Aquí veremos más de cerca qué implica la terapia familiar y cómo podría ayudarlo.

 

¿Qué es la terapia familiar?

La terapia familiar brinda a las familias la oportunidad de expresar y explorar sus sentimientos en un ambiente seguro y sin prejuicios. Trabajando junto a un terapeuta, las familias pueden discutir dificultades y diferencias dentro de sus relaciones con el objetivo de mejorar la comunicación y encontrar un camino a seguir, juntos.

Este enfoque parece ser inclusivo y considerado con todos los miembros de la familia, evitando cualquier sensación de «agrupamiento». Se trata de reconocer las fortalezas del individuo y desarrollarlas dentro de las sesiones y trabajar con los miembros de la familia de manera colaborativa. Los terapeutas familiares invitarán a la participación y serán sensibles a la naturaleza diversa de las relaciones, formas, creencias y culturas familiares.